Propuesta de la artísta ecuatoriana Desiree Coral.
Tajando tela es una imagen del castellano antiguo usada en el Poema de Mío Cid y por Cervantes, al expresar en ambos casos la exposición de lo más profundo del lado emocional. Rasgar las telas del corazón es exponer lo visceral del sentimiento, similar a esta exposición de seis instalaciones de corte femenino intimista, donde se utiliza la tela e hilo, en sus diversas manifestaciones, y otros elementos como ingredientes comunes.
La tela como un tramado de hilos, se convierte en una superficie, como el ser femenino: su cuerpo, su psique, su todo; y el bordado, con la vida y las experiencias, que dejan huellas y marcas.
Estas seis instalaciones de historias escritas por mujeres. Son imágenes que brotan de la feminidad cotidiana, de diálogos, de confesiones íntimas.
Además, conjuga actividades clásicas, tales como el bordado y plantea también cuestionamientos personales que son representados por medio de metáforas, al envasar las historias y convertirlas en esencia, o convertir en elementos escultóricos objetos de uso cotidiano, como la lencería.
El proceso radica en plantear la existencia, la vida, experiencias y reflexiones de mujeres, relacionándolas y comparándolas entre ellas para de esta manera, establecer un parangón entre la realidad y la subjetividad de las historias: sus puntos comunes y las diferencias entre ellas.
La representación de la intimidad femenina, su exposición frente al reflejo del estereotipo que impone la sobriedad, la coherencia, y la exigencia de un rol social contemporáneo, la intención es contener información que, de cualquier manera, se develará por medio de conjeturas y lucubraciones del espectador.
Tajando tela es una imagen del castellano antiguo usada en el Poema de Mío Cid y por Cervantes, al expresar en ambos casos la exposición de lo más profundo del lado emocional. Rasgar las telas del corazón es exponer lo visceral del sentimiento, similar a esta exposición de seis instalaciones de corte femenino intimista, donde se utiliza la tela e hilo, en sus diversas manifestaciones, y otros elementos como ingredientes comunes.
La tela como un tramado de hilos, se convierte en una superficie, como el ser femenino: su cuerpo, su psique, su todo; y el bordado, con la vida y las experiencias, que dejan huellas y marcas.
Estas seis instalaciones de historias escritas por mujeres. Son imágenes que brotan de la feminidad cotidiana, de diálogos, de confesiones íntimas.
Además, conjuga actividades clásicas, tales como el bordado y plantea también cuestionamientos personales que son representados por medio de metáforas, al envasar las historias y convertirlas en esencia, o convertir en elementos escultóricos objetos de uso cotidiano, como la lencería.
El proceso radica en plantear la existencia, la vida, experiencias y reflexiones de mujeres, relacionándolas y comparándolas entre ellas para de esta manera, establecer un parangón entre la realidad y la subjetividad de las historias: sus puntos comunes y las diferencias entre ellas.
La representación de la intimidad femenina, su exposición frente al reflejo del estereotipo que impone la sobriedad, la coherencia, y la exigencia de un rol social contemporáneo, la intención es contener información que, de cualquier manera, se develará por medio de conjeturas y lucubraciones del espectador.
